En un Sistema de Gestión Integral (SGI), que puede incluir normas como ISO 9001, ISO 14001, ISO 45001, entre otras, es fundamental contar con herramientas que permitan medir, controlar y mejorar el desempeño organizacional. Dos de las más efectivas son los KPI (Indicadores Clave de Desempeño) y los OKR (Objetivos y Resultados Clave).

Ejemplo de KPI (Indicadores Clave de Desempeño)

Ejemplo de OKR (Objetivos y Resultados Clave)

Objetivo: reducir el impacto ambiental de las operaciones en planta.

• KR1: disminuir el consumo de agua en un 10% respecto al año anterior.

• KR2: implementar un sistema de reutilización de aguas grises antes de fin de trimestre.

Objetivo: fortalecer la cultura de seguridad y salud en el trabajo.

• KR1: Lograr una reducción del 20% en incidentes reportados en el segundo semestre.

• KR2: Ejecutar 4 campañas de sensibilización en SST.

El establecimiento de estas métricas nos permite potencializar cualquier actividad organizacional, así:

Mayor eficiencia operativa: un OKR como “Reducir el consumo de agua en un 10%” orienta los esfuerzos hacia prácticas sostenibles, optimizando recursos y reduciendo costos.

Alineación estratégica entre áreas: un objetivo transversal como “Fortalecer la cultura de seguridad” involucra a todas las áreas, desde operaciones hasta recursos humanos, generando sinergia.

En definitiva, los KPI y OKR no son solo herramientas de medición, sino motores estratégicos que convierten la visión en acción, los desafíos en oportunidades, y la gestión en resultados sostenibles.

Colaboración:

Diana Sofía Caldera Galeano

Planeación