lunes, 9 de junio de 2025
Desmintiendo mitos: manejo nutricional de la obesidad

La obesidad, es una enfermedad crónica caracterizada por un exceso de grasa corporal que puede afectar la salud y aumentar el riesgo de enfermedades no transmisibles como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y ciertos tipos de cáncer. Está influenciada por factores genéticos, hormonales, emocionales, sociales y ambientales. En Colanta queremos ayudarte a entender este tema sin mitos ni juicios, y con información clara y útil para tu bienestar.
Mito 1: “Las personas con obesidad no tienen fuerza de voluntad”
La obesidad no es solo una falta de disciplina. El cuerpo tiene mecanismos que dificultan la pérdida de peso, como cambios en las hormonas relacionadas con la sensación de hambre y saciedad (grelina y leptina), que pueden hacer que una persona sienta más hambre o menos saciedad.
Mito 2: “Todas las dietas funcionan si se siguen bien”
No existe una dieta única para todos. Lo más importante es que el plan alimentario sea personalizado, equilibrado, sostenible y supervisado por un nutricionista.
Mito 3: “La obesidad no es una enfermedad”
La obesidad es una enfermedad, ya que causa un deterioro en el funcionamiento normal del cuerpo. Las personas con obesidad desarrollan aumento de los adipocitos (células que almacenan ácidos grasos) lo que genera respuestas anormales del sistema inmune y endocrino, aumentando el riesgo de enfermedades graves como diabetes tipo 2, hipertensión, colesterol alto y hígado graso.
Mito 4: “Para bajar de peso, hay que eliminar todos los carbohidratos”
La solución no es eliminar los carbohidratos, sino aprender a elegirlos correctamente y consumirlos en porciones adecuadas, ya que son esenciales para la producción de energía en el cuerpo.
Mito 5: “Saltarse comidas ayuda a bajar de peso”
Saltarse comidas puede causar descontrol del apetito, atracones posteriores y alteración del metabolismo. Comer de forma regular y planificada favorece una mejor autorregulación del hambre.
¿Qué sí funciona?
Comer de forma consciente y sin culpa.
Planificar comidas balanceadas y con porciones adecuadas.
Evitar el consumo de grasas trans y saturadas, como también de azúcares simple (helados, chocolates, confites)
Dormir bien y realizar actividad física, 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada a la semana
Buscar apoyo profesional.
Colaboración:
Dalia Narváez
Mercadeo