La Ley 1672 de 2013 de Colombia define a los RAEE como aquellos aparatos eléctricos o electrónicos que son desechados o descartados por sus propietarios, junto con los componentes, subconjuntos o accesorios que forman parte del aparato al momento de ser descartado (por ejemplo, cables de poder o de datos, cartuchos de tinta o tóners). Esta Ley también indica que los RAEE requieren un manejo diferenciado, es decir, que no deben ser gestionados como un residuo sólido ordinario, porque, además de contener materiales valorizables, también pueden contener sustancias con características de peligrosidad.

La complejidad en el manejo de los RAEE radica en su doble condición. Estos son una fuente para la recuperación de materiales valorizables, pero también contienen sustancias que presentan riesgos para la salud y el ambiente. Dentro de los RAEE se encuentran materiales con valor económico, que pueden ser reciclados para ingresar nuevamente al proceso productivo como materia prima. Entre los materiales aprovechables se encuentran los metales ferrosos (hierro y acero), que representan aproximadamente el 50% de la composición de los aparatos y los metales no ferrosos (aluminio y cobre), que representan el 13%.

En los RAEE también se encuentran otros materiales como plásticos o vidrio y, en una menor proporción, metales preciosos como el paladio, la plata, el platino y el oro.  Asimismo, algunos RAEE también tienen componentes con sustancias peligrosas que, si bien pueden ser tratados para aprovechar los elementos contenidos en ellos, deben seguir rigurosamente los lineamientos técnicos establecidos. Este puede ser el caso de la recuperación del litio o el cobalto, contenidos en componentes como la batería de un computador o de un teléfono celular, y cuya mala manipulación conlleva a riesgos de incendio o de explosión, y también encontrar en menor porcentaje, componentes que contengan metales pesados (cadmio, mercurio, plomo).

En 2023 Colanta dispuso 2.508kg/mes de residuos peligrosos, en donde se incluyen los RAEE generados a nivel nacional, disminuyendo en un 4,63% respecto a 2022.

¿Y qué pasa si se realiza una disposición final incorrecta?

La disposición final incorrecta, la recuperación inadecuada de materiales y el reciclaje no especializado de los RAEE son las vías principales que conducen a la contaminación del ambiente y a la afectación de la salud humana.

Impactos negativos por la gestión inadecuada de los RAEE

Contaminación del agua: lixiviados y aguas residuales con metales pesados procedentes de actividades de tratamiento y disposición final.

Contaminación del aire: material particulado, cenizas y humos de las actividades de desensamble, tratamiento y disposición final.

Contaminación del suelo: efluentes de lixiviación con metales pesados originados en el almacenamiento, desensamble, tratamiento o en la disposición final.

Agotamiento de la capa de ozono: liberación en el desensamble, tratamiento o destrucción de productos que contienen sustancias agotadoras de ozono (SAO), como los refrigerantes o las espumas con refrigerantes.

Afectación a la salud humana por exposición directa: contacto de la piel con sustancias peligrosas o la inhalación de material particular contaminado.

Afectación a la salud humana por exposición indirecta: exposición a sustancias peligrosas presentes en los recursos contaminados.

Fuentes:

• https://www.minambiente.gov.co/wp-content/uploads/2024/03/Guia-tecnica-para-la-gestion-integral-de-los-RAEE-2023-1.pdf

• Informe de Gestión 2023

Colaboración:

Marcela Cadena

Gestión Ambiental