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miércoles, 5 de marzo de 2025

Cómo afecta la inteligencia artificial a la protección de datos personales

Hasta hace relativamente poco tiempo, las pocas referencias que teníamos de la inteligencia artificial provenían del cine o de la literatura, donde se la solía (y suele) presentar como una tecnología que, generalmente, termina por escapar a nuestro control, dominar el mundo y someter a los humanos.

 

Sin embargo, en el mundo real no paran de decirnos que la inteligencia artificial (IA) es el futuro, que es una herramienta con grandes posibilidades, que va a facilitar enormemente las vidas de la gente. Pero ¿realmente se saben las implicaciones y consecuencias del uso de esta tecnología? ¿Qué riesgos puede traer consigo?

 

Para evitar caer bajo el yugo de una Skynet o una Shodan cualquiera, el Grupo Atico34, una de las consultoras de protección de datos de referencia en España, ha aportado su visión acerca de este tema, ahora que está a punto de entrar en vigor la nueva Ley de Inteligencia Artificial, de la Unión Europea.

 

¿Un riesgo para los datos personales?

Una de las principales cuestiones que hay que tener en cuenta a la hora de hablar de inteligencia artificial y protección de datos es que se trata de una tecnología relativamente joven y que, como tal, su uso todavía no se encuentra generalizado ni regulado. Por tanto, se podría decir que, de momento, ni siquiera se alcanza a vislumbrar una mínima parte de su potencial… o de sus riesgos.

 

Según Alejandro Flores, del equipo jurídico de Grupo Atico34, “la gran mayoría de inteligencias artificiales que se usan en la actualidad son inteligencias artificiales generativas, las cuales se encargan de crear contenido de forma automatizada en base a contenido ya existente”.

 

Un ejemplo de esto sería Meta, quien hace poco ha confirmado que ya está usando la IA en Facebook e Instagram para generar contenido nuevo a partir del contenido ya creado por los usuarios.

 

En este sentido, el problema está en los datos con los que se alimenta a estos sistemas de IA. Al final, los datos con los que trabajan tienen que venir de alguna parte, y es posible que estas fuentes contengan datos incorrectos, sesgados o que incluso se utilicen para recabar datos personales con fines de mercadotecnia u otros.

 

También tenemos ya ejemplos como el de Worldcoin, proyecto del CEO de OpenAI que escaneaba el iris de las personas a cambio de una remuneración en criptomonedas, y cuya actividad en España acaba de ser paralizada por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).

 

Para Atico34, “el principal problema es que la tecnología, como siempre, está avanzando más rápido que la legislación, y por tanto no queda muy claro hasta dónde está el límite en las obligaciones de los operadores de IA ni en los derechos de los usuarios”.

 

¿Qué datos personales puede recabar una IA? ¿Para qué los puede emplear? ¿Quién es el responsable del tratamiento de los datos que maneja una IA? ¿Quién es el dueño del contenido generado por una IA? Son algunas de las preguntas que se deben resolver.

 

Todavía es pronto para conocer dónde se situarán exactamente los límites al uso de esta tecnología y lo más probable es que, habrá que estar atentos a ver cómo evolucionan las cosas porque, no hay duda ya, la IA va a ser parte activa, seguro, de nuestras vidas.

 

Colaboración:

Diego Ospina

Unidad de Cumplimiento

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